lunes, 30 de mayo de 2011

NO TENER MIEDO


Juan 15,26–16,4a


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.»



Las cosas se demuestra, o por lo contrario no tienen sentido. Jesús nos sigue invitando a ser testigos, a dar muestras de la verdad que nos ha transmitido y que viene del Padre.
Seguir a Jesús, vivir sus opciones, sus preocupaciones y luchar por un mundo más justo y solidario para todos no está exento de dificultades. Nos expulsarán,  los despreciarán… y algunos pensarán que eso lo hacen por seguir a su Dios.
¿Merece la pena la causa de Reino? ¿Merece la pena luchar por un mundo más justo? ¿merece la pena luchar, a pesar de no ser comprendidos?



Jesús,
Tengo miedo a las dificultades,
tengo miedo a ser depreciado,
a no ser valorado.
Porque me considero el centro de todo
 lo que hago y vivo.
Tú me invita a salir de mi mismo
y ponerte a ti en el  centro.
Desde ahí, no tendré miedo a nada.
Ayúdame Jesús.