jueves, 31 de marzo de 2011

EL REINO DE DIOS HA LLEGADO. ¡TE APUNTAS!

Lc 11,14-23
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.»

El texto me invita a preguntarme: ¿Qué demonios que tengo yo? ¿Qué es lo que mueve mi vida? ¿Por qué valores y principios me dejo llevar y actúo en mi vida?
Muchas veces actuamos con desconfianza de los demás porque en nuestro corazón está el demonio de la envidia, del ser más… del compararme con el otro.
Jesús cuando actúa nos indica que el Reino de Dios ha llegando a nosotros.
El Reino es Jesús en medio de nosotros para mostrar la inmensidad del amor que Dios no tiene.
El Reino es Jesús que abarca todos los aspectos de mi vida, los cura y los libera. Él llega, entra en mi casa, mi vida; y la vida obtiene un nuevo gusto, mayor y mejor.

Oración:
Jesús,
Ayúdame a acoger tu presencia.
Llegó la hora de tomar posición por ti y olvidarme de mí.
Ya no es posible permanecer indiferente
Es la hora de optar por ti, por la vida abundante,
por las bienaventuranzas.

miércoles, 30 de marzo de 2011

¿CÓMO VIVIR CON PLENITUD?

Mt 5,17-19
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.»

En la sociedad en la que vivimos, parece que no hay leyes, normas… todo vale y está permito.  Antes esto, nos tenemos que preguntar: ¿Somos plenamente felices?
Nuestra sociedad es de cambio. Las leyes cambian. Las modas vuelan más deprisa que los días. Las opiniones varían como el viento.

Pero la Palabra de Dios permanece. “No he venido a abolir la ley, sino a dar plenitud”.
La Palabra nos invita a creer que Él está ahí; como fuente de  amor y vida que permanece.  Su palabra fue dicha para nosotros: tal como somos, fruto de un amor que nos llena y que también nos cambia.

Oración:
Cada día me orienta tu Palabra.
Al escucharla, encuentro fuerza
para ser fiel a mi camino, a mi vocación.
Y me siento unido a los hermanos en la fe
que rezan, trabajan y aman como yo.
Observar tu ley, Señor,
es permanecer en la luz
y la alegría.

martes, 29 de marzo de 2011

70 veces 7

Mateo 18,21-35

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»
 

Hoy el evangelio nos invita a pensar y reflexionar sobre nuestras actitudes ante los demás, en especial con aquellos que nos han hecho el mal, nos deben algo…
En nuestra realidad si alguien nos ofende o nos hace mal, en cuanto podemos, respondemos con violencia, echándonos sobre él con la fuerza de nuestra venganza.
Y así, entre agresiones, venganzas se va tejiendo la historia de nuestro mundo.
Pero la propuesta de Jesús es distinta. Él nos ofrece una alternativa.
A la agresión, a la ofensa del otro, podemos responder con el perdón. Con mayor a amor de lo que supone el egoísmo.

Una invitación: vivir con el corazón abierto al perdón.

Oración:
Jesús, tú sabes,
que me resulta difícil perdonar.
Me cuesta mucho renunciar al rencor
y a reconciliarme de verdad.
Pero ¿Cómo podré negar a los hermanos,
al menos un poco de la misericordia
que recibí del Padre?


lunes, 28 de marzo de 2011

Ningún profeta es mirado en su tierra

28 de marzo
Lucas 4,24-30
 
En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

El evangelio me invita a contemplar a Jesús a quien digo que sigo.  ¿Estoy dispuesto a parar por las dificultades e incomprensiones?

Jesús es fiel a la misión. Sus palabras y sus gestos ponen de manifiesto siempre el amor que experimentó del Padre.
¿Cómo experimento el amor del Padre en mi vida?

Pero hay personas que no lo aceptan. Algunos lo rechazan. Otros lo calumnian.  Y no faltan quienes lo quieren apedrear. Jesús permanece fiel. Pasa por entre ellos. Sin miedo.
Sin desviarse de su camino y misión.
Un día por delante para seguir los paso de Jesús con valentía. Decido en su misión, sin miedo. Asumiendo las consecuencias de un mensaje que es liberador para muchos y no comprendido.

Oración:

Jesús me presento ante ti,
avergonzado por mi infidelidad.
Por no reconocer tú llamada en mí.
Tengo dificultades para seguir el camino
de vida feliz que me propusiste.
Pero sé que a pesar de mi fragilidad,
tú no me rechazas.
Sé que estando abierto a ti,
Va a crecer mi fidelidad.

domingo, 27 de marzo de 2011

¿Qué deseo para ser feliz?

27 de marzo

Hoy el evangelio nos propone el texto de ecuentro de Jesús con la Samaritana.
Contempla la escena, deja que los movimeintos, las mradas , las palabras cale en tu corazon.




¿De qué tiene sed la  Samaritana? ¿Qué es lo que desea  intensamente par ser feliz, para tener la sensación de que la vida merece la pena?
- Jesús conoce su corazón, sus sentimientos, toda su vida. La acoge incondicionalmente, como también nos acoge a nosotros.
- La Samaritana a estas preguntas ha experimentado muchas repuestas.  Pero en su búsqueda de respuestas, su corazón  sigue vacio, con sed.
Jesús le hace una propuesta.  ¿No será este la hora de beber de un amor pleno, un agua viva que llene la vida?

Nosotros nos podemos hacer las mismas preguntas: ¿De qué tengo sed? ¿Dónde busco? ¿Qué he experimentado? ¿Qué deseo?

Jesús nos invita  seguirle, a beber de sus sentimientos, sus actitudes. A caminar por la vida como él vivió. Con una seguridad.  El nos da el agua viva. No tenemos que temer.


Oración:

Jesús, también nosotros tenemos muchos maridos:
Dinero, trabajo, aficiones…
Nos dejamos llevar por muchas cosas que son perecederas.
Danos, Jesús el agua viva.
Eres la única agua que quita la seda que tengo.
Sed de amor y ternura, porque estoy cansado del abandono y de la soledad.
Sed de misericordia y perdón.
Porque ya pesan demasiado mis culpas.
Dame, Jesús, de ese agua que calma la sed.

sábado, 26 de marzo de 2011

VUELVE A CASA HOY

26 de marzo
Lucas 15,1-3.11-32

 

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía
dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros." Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»

Este relato nos narra la parábola de “hijo pródigo” y nosotros nos podemos reconocer en los personajes que aparecen aquí.
Unas veces somos como el hijo pequeño cuando, insensatos nos alejamos llevándonos por nuestros intereses y caprichos. Otras veces somos como el hermano mayor: juzgamos a los otros y nos consideramos mejores que los demás y con más derechos.  Pero lo importante no es esto; lo que somos. Lo que impronta es lo que Dios es para nosotros, lo que Él hace. El camina a nuestro encuentro, Él nos espera todos los días; Él nos abraza; Él celebra nuestro regreso con la fiesta más grande; Él nos da calzado para caminar y un anillo par recordar la alianza de amor.

Un día más para buscar la presencia de Dios que sale a nuestro encuentro.

Oración:


viernes, 25 de marzo de 2011

NADA ES IMPOSIBLE

25 de marzo
Lucas 1,26-38

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.


En nuestra vida son muchos los caminos que podemos emprender. Muchas las puertas a las que podemos llamar. Pero el miedo, la desgana, la comodidad hace que no inicie ningún camino. ¡Y si luego sale mal! ¡Para qué sufrir innecesariamente!
Me parece imposible llegar a otros resultados. Conozco bien mis dificultades. Ya he medido la debilidad y mis fuerzas. Y a pesar de todo esto, Dios me insiste. El sigue llamando a mi puerta. Me invita a caminar por el camino.
Me desafía, más de una vez, a intentarlo. ¿Será terquedad?
No. Es que para Dios nada hay imposible. Por el poder de Dios un niño puede ser concebido. Por la fuerza de dios, todos los miedos pueden acabar.  El Dios que hace posible lo que parece imposible, puede devolverte el amor, la fuerza, la ilusión.
“Porque para Dios no hay nada imposible”.

Oración:

Dios de las cosas posibles:
Aquí estoy.
No sé muy bien lo que quiero,
Pero, aquí estoy.
Fijando mi mirada en María de Nazaret,
aprendo que la fuerza de tu amor
no tiene límites.
Aquí estoy en tu presencia,
lleno de confianza.


jueves, 24 de marzo de 2011

QUE LES ESCUCHE


24 de marzo de 2011

Lucas 16, 19-31


En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán."
Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."»

Al leer el evangelio nos podemos preguntar:
¿merece la pena perder, gastar la vida por los demás?
Pero en el día a día nos empeñamos en seguir haciendo lo que nos apetece y continuar encerrados en nuestro egoísmo y sin amor. “Es que Dios no se deja ver”. “No sé lo que Dios quiere de mí”. O podemos pensar simplemente que no le necesito.
Pero es hora de reconocer y ser honesto de que dios no falla con su palabra y su presencia. Él nos está hablando continuamente: en la Palabra, en la comunidad, en el grupo, en los amigos, habla a través de la belleza de la creación; siempre habla. No está callado.
Tal vez somos lo que somos o fingimos ser sordos.
¿Cómo descubrir, escuchar a Dios hoy? ¿qué quiere de mi?


Oración:
Jesús,
Son muchas las cosas
que me impide escucharte y descubrirte.
Quiero eliminar esos ruidos
 que no me deja escuchar tu voz.
Quiero limpiar mis ojos
de toda la oscuridad
que no me deja ver tu luz y tu belleza.
Háblame,
Quiero escucharte hoy.






miércoles, 23 de marzo de 2011

¿No habrá otro estilo de vida?

23  de marzo
Mt 20, 17-28
 

Cuando Jesús subía hacia Jerusalén, tomó aparte a los Doce [discípulos] y por el camino les dijo:--Mirad, subimos a Jerusalén, y este Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y letrados que lo condenarán a muerte. Lo entregarán a los paganos para que lo afrenten, lo azoten y lo crucifiquen. Al tercer día resucitará.
Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacer una petición. Él le preguntó: ---¿Qué deseas? Ella contestó: ---Manda que, cuando reines, estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda Jesús le contestó: ---No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber la copa que yo he de beber? Ellos replicaron: ---Podemos. Jesús les dijo: ---Mi copa la beberéis, pero sentarse a mi derecha e izquierda no me toca a mí concederlo; será para los que mi Padre ha destinado. Cuando los otros diez lo oyeron, se enfadaron con los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: ---Sabéis que entre los paganos los gobernantes tienen sometidos a sus súbditos y los poderosos imponen su autoridad. No será así entre vosotros; más bien, quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor; y quien quiera ser el primero, que se haga vuestro esclavo. Lo mismo que este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos.

Jesús en el evangelio nos pone en  conocimiento el tercer anuncio de su pasión. Este es el camino que Jesús nos propone andar detrás de él. Un camino que no es fácil pero que lleva a la vida. “Al tercer día resucitará.”
A nosotros nos ocurre con la  madre de los  Zebedeos.  Preocupada por unas relaciones  basadas en el deseo de controlar y dominar al otro. En el poder.  De ahí la opresión del más débil. O las mentiras y las caretas para esclavizar a otros. Y lo más duro nuestros silencios, nuestras miradas de desprecio.
¿No habrá otro estilo de vida?
Para quien cree y sigue a Jesús, si lo hay.
Quien ama como él, no tiene miedo, no necesita controlar al otro. Lo ama. Y el amor le lleva a servir. “El que quiera ser grande entre vosotros que se haga vuestro servidor”·.
¿Estoy dispuesto a relacione de otra manera? ¿Estoy dispuesto a servir gratuitamente, sin esperar nada?

Oración:
Jesús,
déjame que te mire.
Necesito aprender a amar
como  tu amas. Si miedo a perder.
Solo en ti, Jesús, puedo aprender
a sentirme bien con los demás.