martes, 27 de noviembre de 2012

¿Cuáles son los beneficios de la fe?

Andando por la red me tropecé con este video y me resultó sugerente.  ¿Será cierto lo que dice? ¿es igual un mundo con Dios que un mundo sin  Dios?

Veamos:




¿Qué más beneficios nos puede aportar?

domingo, 25 de noviembre de 2012

¿Dónde habita Dios?

Muchas veces en la vida, antes los acontecimientos surge en nostros esta pregunta. La respuesta no es fácil y hay que estar totalmente enamorados para dejar habitar ese que tiene la respuesta y va dando sentido a la vida.

Un gran maestro de la tradición hasídica, Isaac Meir, era todavía
un niño cuando alguien le dijo en broma:
- Te doy un florín si me dices dónde habita Dios.
- Y yo–contestó el niño- te doy dos florines si me dices dónde no habita.
 
 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

lunes, 19 de noviembre de 2012

10 cosas que hay que hacer (o evitar)

en la evangelización online.

en el uso de las redes.... ¿cómo crecer como personas?  

El otro día andado por la red, si están bien dicho.. me encontre con estas  10 cosas que me sucitaron varios interrogantes y a la vez me invitaron a preguntame: ¿cómo utilizas internet, las redes sociales, WhatsApp?
Seguro que hay cosas que las hago mal. ¡Sé puede hacer bien.!
 
 



1. EVITA: Fingir, representar un papel, posar. LO QUE HAY QUE HACER: Sé tú mismo.
"No pasa nada porque no seamos perfectos, de hecho es una ventaja. La gente puede entenderlo. La forma más seg
ura de ser original es ser tú mismo. No finjas".




2. EVITA: Juzgar y condenar a las personas. LO QUE HAY QUE HACER: Decir la verdad sobre sus actos
"San Efrén decía: sé amable con todos los que encuentres, porque cada persona lucha una gran batalla. No sabes lo que está viviendo ni por lo que pasa otra persona. Dale el beneficio de la duda y empieza amándola. Pero, si la amas de verdad, asegúrate de compartir la verdad con ella acerca de sus acciones, por su bien, no por el tuyo".

3. LO QUE HAY QUE HACER: Predicar siempre el Evangelio. EVITA: Usar palabras, excepto cuando sea necesario.

Añadir leyenda
"La mejor forma de evangelizar son tus acciones, no tus palabras. Esto también se aplica online. No uses los medios de comunicación sólo para promover la fe. Úsalos para practicar la fe".

4. EVITA: Discutir para ganar debates. LO QUE HAY QUE HACER: Relacionarse con personas para ganar corazones para Cristo.
"No busques peleas. Busca personas con necesidad y pregúntales cómo puedes ayudarlas".


5. EVITA: Olvidar que la evangelización eficaz empieza con relaciones. LO QUE HAY QUE HACER: Empieza con las relaciones que ya tienes.
"Dios ya ha colocado gente en tu vida a la que servir. Quizá no te gusten. Pero quizá esa es la clave".

6. EVITA: Centrarte en señalar que todos los demás hacen mal. LO QUE HAY QUE HACER: Comparte lo que has descubierto que es bueno."Cualquiera puede sentarse a señalar lo mal que lo hacen todos los demás. Es más eficaz si puedes compartir lo magnífico lo bueno. Detrás de cada no en las reglas de la Iglesia hay un sí profundo que da plenitud. Que la gente lo sepa".

7. EVITA: Fingir que siempre tienes la razón. LO QUE HAY QUE HACER: Admitirlo cuando te equivocas.
Es bueno para la humildad, es bueno para construir relaciones... porque es cierto. No es necesario que tengas respuesta para todo. Súmate al viaje en su busca. La Iglesia es un hospital para pecadores, no un museo para santos.
8. EVITA: Decir lo que te viene en gana. LO QUE HAY QUE HACER: Repasar, editar y corregir lo que dices: piensa a quién puede afectar.
Tus palabras y acciones pueden tener ramificaciones que no pensabas. Hay gente que puede leer o escuchar lo que dices. Unas palabras descuidadas pueden hacer daño a mucha gente.

9. EVITA: Hablar más de lo que escuchas. LO QUE HAY QUE HACER: Dedicar más tiempo a conocer tu fe que a predicarla.
Si vas a compartir algo de algún valor, asegúrate que dedicas tiempo a llenarte primero de cosas buenas.
10. EVITA: Olvidar que tu alegría es evangelizadora. LO QUE HAY QUE HACER: Dejar una sonrisa alegre en tu presencia online."Santa Teresa de Ávila decía que un santo triste es un triste santo. La alegría es atractiva y contagiosa. No vende mucho hablar con enfado del gozo y la paz que la fe te dan. Hazlo con corazón alegre".

 Concluir con una pregunta: ¿qué más cosas añadirías que hay que hacer y evitar para evangelizar en Internet, para ser mejor persona?

domingo, 18 de noviembre de 2012




BARTIMEO Y EL MANTO
Estamos en la semana en que celebramos la fiesta de Juan María.  Durante este año meditamos y trabajamos el texto del ciego Bartimeo.  Os hago llegar a vosotros una adaptación y una invitación a dejarmos mirar por Jesús y descubrir cual es el manto con el nos cubrimos diariamente.
 

LA INVOCACIÓN.

Soy  Bartimeo, hijo de Timeo, y deseo contaros mi historia, que se cruzó, en una mañana llena de sol y de luz, con la historia de Jesús, transformándose por completo desde entonces.

En mi andadura tal vez también vosotros podéis hoy reconocer el hilo de vuestra relación con Jesús de Nazaret; la trama de mi aventura humana se ha tejido entre varias voces que la han orientado y dirigido; en la ceguera más profunda, estas voces surgieron como  miradas interiores que me golpeaban, me orientaban, me transformaban.

Aquel día me encontraba en el camino de Jerícó, sentado, como siempre, al borde del camino; y desde allí donde la vida y mi historia me habían relegado, imploraba- cuando oía pasos y voces – la piedad y la compasión de los transeúntes.
Estaba envuelto en un manto que me protegía del frío y del polvo, pero también de las humillaciones y de los imprevistos. Aquel manto era una parte de mí mismo, en aquel tejido estaba mi modo de afrontar la vida, mis experiencias pasadas, todo lo que me habían enseñado desde que era niño, el juicio de la gente y los hábitos de muchos años…

Envuelto en mi manto, allí estaba yo inmóvil, sentado, esperando…. Aquel día había sido una extraña excitación en el ambiente, se sentía a lo lejos el rumor de la muchedumbre que se acercaba cada vez más; sentí el sonido de muchos pasos que hollaban el sendero pedregoso. Algunas personas decían: “¡Rabbí!”; otras lo imploraban… Entonces comprendí que estaba llegando Jesús, el de Nazaret, y con él una multitud que lo seguía de ciudad en ciudad, de aldea en aldea; estaba a punto de pasar el profeta que en aquellos tiempos hablaba de las muchedumbres, sanaba a los enfermos, daba esperanza a los  más desesperados… Desde lo más hondo de mi soledad y de mi humildad, grité; “Hijo de David, ten compasión de m´”.

Y precisamente mientras gritaba, voces de personas que pasaban delante de mí y que no conocía ni veía me regañaban, tratando de impedir que siguiera gritando mi necesidad, que hiciera llegar mi súplica, me decían que me callara, y eran un obstáculo  para mi invocación… Pero cuando más me decían que me callara, tanto más gritaba yo a voz en grito: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!”.

De pronto sentí que alrededor de mí se había hecho el silencio e intuí una presencia diferente, que dijo: “Llamadlo”. Los que antes querían que me callara, al percibir la autoridad de aquella orden, se acercaron a mí. Me invitaron a levantarme y acercarme al profeta, a Jesús, que estaba allí, cercano a mí, cuya fuerte personalidad me había atraído ya.

Después se produjo una serie de pasos y acontecimientos que me han marcado profundamente… La historia del encuentro con Jesús es diferente para cada persona, pero en todas ha habido invocaciones, curiosidad y deseos, antes de que la fascinación misteriosa de quien sabe mirar dentro, mientras tú no ves, se adueñe de ti para siempre…

Entonces sentí en mí una fuerza que me hizo ponerme en pie… Sentí que podía empezar a caminar y arrojé el manto que me había protegido y defendido, pero también me había dejado solo y bloqueado. Finalmente, libre de mis miedos y resistencias, en un arranque de confianza y de deseo, me acerqué a Jesús, y él me hizo la pregunta más importante de mi vida, la que nadie me había hecho nunca, la que ni siquiera yo había conseguido hacerme: “¿qué quieres que haga por ti? “.

En aquel momento caí en la cuenta de todo mi pasado, de todo lo que no había comprendido yo de mí y de la vida; le llamé “maestro” y le pedí que me devolviera la vista…

Me dijo: “Anda tu fe te ha curado”. Descubrí que tenía una fuerza nueva, una confianza insospechada; mis ojos se abrieron y, pude ver su rostro… y, como envuelto por su mirada profunda y luminosa, sentí deseos de caminar, de moverme, y empecé a seguirlo…

Desde entonces no volví a abandonarlo. Hubo fatigas y dificultades, pero él estaba en mi vida y yo podía verlo todo de un modo nuevo.
PARA PENSAR

“Aquel manto era yo de alguna manera… “Piensa en tus experiencias pasadas, en tu modo de afrontar la vida, en todo cuanto siempre te han enseñado, en los hábitos que has adquirido, en tus prejuicios, en tu modo de sentir la vida…

Escúchate… y elige un manto con el que envolverte…”. ¿cómo es ese manto con el que me envuelvo?

¿Cuáles han sido los pasos significativos de Jesús en mi vida? 

- Pienso que escucho a Jesús que pasa junto a mí. ¿qué invocaciones brotan de mi corazón?
 
¿Qué quieres que haga por ti? ¿Qué deseo para mi vida? 

 

 

domingo, 4 de noviembre de 2012


¿Cuál es mi nivel de analfabetismo  de la vida?

El otro día comencé a leer un libro de Francesc Torralba: “Inteligencia espiritual en los niños”.  Y me hizo  pensar,  y os hago llegar estas tres ideas que nos invita a pensar en nosotros mismos y en el  trabajo que realizamos con los chicos.
¿Cómo ir creciendo para ayudar a otros a crecer?
En el mundo actual percibo tres tipos de analfabetismo:
-          Analfabetismo emocional, que se refiere a la incapacidad de muchos jóvenes (y, por supuesto, también adultos) para identificar sus emociones, expresarlas correctamente y controlar y canalizar adecuadamente sus emociones tóxicas (por ejemplo, los celos, la envidia, la culpa, la angustia, el miedo, el temor, la desesperación, la impotencia, el resentimiento o el rencor).
-          Analfabetismo intrapersonal, que se refiere al escaso conocimiento que tienen, respecto de sí mismo, de su potencial, de sus necesidades y posibilidades, de sus limitaciones, de su misión en el mundo, en definitiva de su ser.
-          Analfabetismo espiritual, que se refieres a su incapacidad para tomar distancia de la realidad, para enfrentarse a la pregunta por el sentido de la existencia, para maravillarse ante la realidad, valorar sus actos, analiza su propio sistema de creencias, valores e ideales, sentirse parte de un todo.