martes, 6 de diciembre de 2011




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:



- «¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños».

Mateo 18, 12-14

Al leer el evangelio de hoy; podemos leerlo desde varias ópticas.  Nos podemos imaginar que somos cada uno de los personas y a partir de este ejercicio dejarnos mirar por el Padre y cuestionar nuestras propias actitudes de la vida.


Las 99 ovejas. Las que sigue al pastor, las que no tienen dificultades, las que son una más dentro de todo el conjunto.  Me podría preguntar: ¿me siento perteneciente a un grupo? ¿Siento que estoy viviendo una realidad común con otros donde no soy ni más ni menos? ¿vivo el proyecto de la construcción del Reino?
 
La oveja perdida. Nos podemos imaginar que somos nosotros. Nos podemos preguntar: ¿cuándo en mi vida me siento oveja perdida? 
Hay muchas veces que no sabemos dónde estamos, ni a dónde vamos.  En esta situación nos dejamos atraer por cualquier promesa de felicidad, que al final no deja vacíos y sin sentido. ¿cúantas veces somos oveja perdida?

Jesús. Dios nos envía a Jesús porque le duele nuestro sin sentido. Él viene en ayuda. Atraviesa montes y valles hasta encontrarnos. El busca y desea muestra felicidad. Cuando me relaciono con los otros. ¿busco mi felicidad o la felicidad del otro? ¿utilizó a las personas para mi bien o busco el bien del otro? Jesús busca nuestra felicidad y lo da todo, hasta su vida para que yo sea feliz.  Él hace una gran fiesta cuando nos abraza.


Señor, me siento perdido.
pero sigo siendo orgulloso
y me cuesta reconocer
que voy por le camino
sin rumbo fijo.
Dame la libertad interior
para reconocer
que necesito tu ayuda.
dame ojos limpio
para ver
a los hombres y las mujeres
que envías a mi encuentro
y que son capaces
de ofrecerme tu abrazo.