viernes, 1 de abril de 2011

LA FUERZA DEL AMOR

Marcos 12,28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

En nuestra vida deseamos vivirlo todo, experimentarlo. Vivimos como una acumulación de experiencias.
En este caminar no nos queda tiempo para acordarnos de Dios, y si nos acordamos suele ser en momentos de dificultad.
¿Puede pintar Dios algo en nuestra vida? ¿Nos puede ayudar a vivir en plenitud?
Hay quienes duda por causa de la ciencia, o porque el testimonio que damos es tan incoherente que se hace poco creíble.
En cambio hay muchas personas que se encoge de hombros ante la presencia de Dios.
Jesús recupera la mejor tradición de su pueblo y nos señala un camino. La relación con Dios es de amor. No basta con afirmar que Él existe. Tener fe en Dios es amarlo. Con pasión.
Comprometiendo en ese amor todo, lo que soy, lo mejor de mis capacidades.
Me animo y os animo  a vivir la experiencia que llena la existencia. Vivir enamorados de Él. Corazón, alma, mente y fuerzas.

Jesús,
Quiero dirigir mi amor hacia ti.
Quiero que nuestra alianza
abarque todo lo que soy,
todas las energías.
Tú mereces que te ame con todo mí ser.
Solo entregándome a ti
Con esta intensidad total
Me encuentro a mí mismo.