viernes, 19 de octubre de 2012



¿Dónde te buscaré?
Con esta pregunta quiero terminar hoy mi día. No ha sido fácil. Trabajo, preocupaciones, dificultades, relaciones que uno no llega a entender.
Y en medio de todo ese conjunto de cosas uno se pregunta. ¿Dónde está Dios? ¿Cómo dejar que tú seas el centro de mi vida?
Quiero seguir buscando. pero, ¿dónde?  ¿Qué señales tienes para mi? ¿quién los verá claro?

Señor, si no estás aquí,
¿dónde te buscaré estando ausente?
Si estás por todos lados,
¿cómo no descubro tu presencia?
Cierto es que habitas
en una claridad inaccesible.
Pero ¿dónde se halla
esa inaccesible claridad?
¿Quién me conducirá hasta allí
para verte en ella?
Y luego, ¿con qué señales,
bajo qué rasgos te buscaré?
Nunca jamás te vi, Señor, Dios mío;
no conozco tu rostro...
Enséñame a buscarte
y muéstrate a quien te busca,
porque no puedo ir en tu busca,
a menos que Tú me enseñes,
y no puedo encontrarte
si Tú no te manifiestas.
Deseando te buscaré,
te desearé buscando,
amando te hallaré,
y encontrándote te amaré.

San Anselmo